PULPERIA “ ESQUINA DE ARGÙAS”
MAR CHIQUITA.- La Esquina de Argúas, situada en el partido de Mar Chiquita, es uno de los exponentes todavía en pie de las pulperías que desde la época colonial cumplían la misión de ser postas. Después de varios años sin pulpero, confluyen esfuerzos para recuperarla del abandono.
En el camino que unía Dolores hasta Laguna de los Padres, recorrido por galeras, carretas y chasques, estos comercios rurales estaban a una distancia de tres leguas entre sí. La Esquina de Argúas, era parada obligada antes de llegar a Mar del Plata. Tanto es así que en 1883 contó con la presencia del gobernador Dardo Rocha y otro de sus visitantes de renombre fue José Hernández, autor del Martín Fierro .
Ubicada en el campo Tierra Fiel, es propiedad de la familia Saubidet, formada por descendientes de Juan Ramón Ezeyza, uno de los primeros pobladores del distrito. Este hombre inició la estancia El Durazno en las 97 leguas cuadradas que el virrey Santiago de Liniers donó en 1815 a su padre, el coronel Pedro Pablo José de Ezeyza, luego de combatir en las luchas civiles entre orientales y entrerrianos.
El 25 de mayo pasado, la familia Saubidet organizó una yerra para celebrar la reapertura de esta pulpería que conserva intacta su sencilla edificación de adobe y techo a dos aguas y la particular reja, sello característico de los salones de despacho. "Lo único que nos interesa es que se mantenga vivo, porque si lo dejás solo, entre las hormigas, los peludos y «los zorros de dos patas», lo destruyen", expresó Miguel Gregorio Saubidet.
Los comienzos
Se estima que La Esquina de Argúas comenzó a funcionar alrededor de 1817. Por entonces, existían aproximadamente 450 pulperías en la campaña bonaerense. Estudios históricos recientes se han ocupado de desmitificar que los pulperos vivían rústicamente y en absoluta precariedad, idea surgida de la visión impresionista de los viajeros extranjeros.
La cantidad y dispersión demostraba que tejían una red de comercialización que llegaba hasta los puestos fronterizos más lejanos. Vendían desde alimentos y vestimenta hasta calzado y medicinas. También se alquilaban carretas y funcionaban como oficina postal. Incluso, los pulperos eran intermediarios entre el pequeño productor y el exportador en el negocio de los cueros y los granos.
De este modo, las pulperías constituyeron un elemento central en el tejido económico social de la campaña bonaerense. No sólo eran sitios donde se podían satisfacer las necesidades materiales, sino que además eran el punto de encuentro social. Era habitual que se armara una partida de naipes, la competencia a las bochas y la presencia de la guitarra era infaltable.
"Hasta no hace muchos años, era más difícil llegar al pueblo, sobre todo cuando llovía; entonces, este lugar era una rueda de auxilio. Nunca faltaba nada, contaba con todo lo básico para subsistir y recuerdo que de chico me parecía divertidísimo venir", acotó Martín Saubidet, otro de los propietarios.
Sin embargo, los avances en los medios de transporte y el hecho de que cada vez viva menos gente en el campo ha conspirado contra la rentabilidad de las antiguas pulperías. "Nosotros no lucramos con esto, simplemente lo entregamos a quien desee explotarlo porque queremos cumplir con un deseo de mi padre", explicó Miguel Gregorio Saubidet.
Carlos Zuchelli aceptó el desafío de ser el pulpero de este sitio. Su esposa, Marta Rodríguez, comentó así su experiencia: "Hemos tenido carnicería y verdulería, pero nunca un almacén de campo. Mi marido se enloqueció por venir acá y queremos ver cómo nos va".
Con nostalgia, Miguel Gregorio Saubidet admitió que "hay muchas cosas que cambian y ya no se pueden volver atrás". Sin embargo, se mostró esperanzado en la asignación de un nuevo perfil a La Esquina de Argúas. "Eso no se debe buscar compitiendo con almacenes del pueblo, sino generando otros atractivo, como la organización de carreras cuadreras y actividades de ese tipo para que los fines de semana la gente del pueblo y de otros lugares pueda venir a comer un asado y disfrutar al aire libre".
Por ordenanza del Concejo Deliberante de Mar Chiquita, la pulpería fue declarada patrimonio histórico en 1990. "Hasta ahora, ha significado poco. Esperamos ahora, si les resulta más interesante como punto turístico, haya más apoyo de la municipalidad", concluyó el propietario, que cuenta con el compromiso de las autoridades de seguir mejorando las instalaciones respetando las características originales.
Por Claudia Ischia
Para LA NACION
VISITA DE LOS TALLERES DE FOLKLORE DEL P.U.AM. A LA PULPERIA Para LA NACION
LA ESQUINA DE ARGÚAS
Esquina de Argúas
Mojones de avanzada
fueron un día
por toda nuestra pampa
las pulperías.
-
Mi pago de Arbolito,
quién lo diría,
antes de ser poblado
tuvo su esquina.
-
Y era la esquina Argúas
por El Durazno,
lugar para el gauchaje
muy codiciado.
-
En esa pulpería
cambió caballos
la galera que vino
desde el Salado.
-
Lairararararaira
lairalaraira
vieja Esquina de Argúas,
te estoy cantando.
-
Afuera en el palenque
de noche y de día
cantaron las coscojas
sus melodías.
-
Y si un cantor del campo
templó la prima,
siempre tuvo algún verso
pa´don Salinas.
-
Y en la esquina de Argúas
sigue durando
como en aquellos tiempos
allá en mi pago.
-
¿Qué no hay más pulperías,
quién le ha contado?
arrímese a mi pueblo,
venga, paisano.
-
Lairararararaira
lairararaira
porque la vieja esquina
sigue durando.
-
Víctor Abel Jiménez - Atilio Payeta
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